El puente del primero de mayo, un fin de semana largo, era la fecha propicia para poder utilizarlo y poder disfrutar de un fin de semana en familia.
Sin embargo, como luego dicen “el hombre propone, Dios dispone, y el diablo mete la cola y todo lo descompone”

Todo empezó desde hacía varios meses atrás, cuando mi hijo me había pedido que lo apoyara llevándolo a un concurso de Guitarra Clásica en Salamanca, Guanajuato. Yo pensé que era un buen momento para que él se midiera con jóvenes de su edad que también compartían el gusto y la dedicación hacía este instrumento musical, por lo que le dije que sí. Para pronto, mi mente elaboró un plan, para poder aprovechar la ida e ir a conocer en familia, un lugar que tenía mucho de no visitar y que mi familia aún no conocía. Los quería llevar a San Miguel de Allende, un pueblo mágico en el estado de Guanajuato, que está a solo 75 Km de Salamanca.

El tiempo fue pasando, y a unas semanas del evento, mi mujer no tenía los mismos planes que yo.

Así que dije, Dios sabe por qué hace las cosas y creo que es buen motivo para salir juntos mi hijo y yo.

Y el día 1º a las 10 de la mañana, ya estábamos saliendo rumbo a Salamanca, con la barriga llena, tras haber pasado por unos deliciosos tacos de hígado encebollado y birria del famoso “machín” de Ciudad Granja.

Pasamos la primera caseta de Zapotlanejo rumbo a Salamanca, y se presentó la primera encrucijada… Seguirme derecho rumbo a León, o cortar camino por Michoacán. La primera vía era un poco más larga y costosa y la segunda más corta y menos cara… Solo que tenía la pimienta de pasar por Michoacán y aunque era solo un pequeño tramo, yo pensé ingenuamente, que como era día feriado, habría mucha vigilancia de la policía y pues, estaría de alguna forma más seguro, así que tome a la derecha y me fui rumbo a Morelia, para cortar camino.

Pues todo iba bien y a buen ritmo, pero antes de llegar a la caseta de Ocotlan, oh!!! Sorpresa un autobús incendiado nos hizo detenernos, de pronto pensé un accidente!!! Pero no, ya mi hijo había buscado en la red que sucedía y pues eran los “narco bloqueos” de los que todos ya supieron.

Así que bueno, nos tuvimos que esperar, hasta eso… como 20 minutos solamente, hasta que los carros “brincaron” al carril que venía de Morelia a Guadalajara y librar así el autobús aun en llamas.

Como siempre, este tipo de acciones, me llenan de indignación y de impotencia. Y más cuando ves la mediocre y totalmente incapacitada respuesta de nuestras autoridades. Al paso del camino, nos tocó ver otros tres camiones incendiados. Y al preguntar, tanto en casetas como a los policías y soldados que estaban ya en el lugar, que era lo que sucedía y si tenían información de que ruta estaba libre para poder llegar a nuestro destino, solo se remitían a responder “No sabemos mi jefe, estamos solo dando el pase aquí”.

La verdad no sé si es una respuesta táctica para no dejar ver el tipo de inteligencia policial que tenemos, o si en realidad no sabían “Ni madres”.

Lo que si sé, es que hoy en día tanto el ejército como la policía, se encuentran ante mentes criminales, con equipos de personas, mucho mejor armadas y con un plan ya establecido para poder hacer lo que hicieron. Ahora, la verdad sea dicha… tampoco pensemos que estamos enfrentando a un comando de profesionales expertos en tácticas militares de desestabilización civil. Basta ver los videos de los que incendiaron los autobuses y los bancos para ver que son tipos comunes que siguen órdenes y las ejecutan, es todo!!! Ya que si se fijan en los videos, en ambos, los sujetos que incendiaron el camión de pasajeros y el Banco en Puerto Vallarta, por poco y se queman ellos también al encender el fuego. Lo que sí no podemos negar, es que… primero, tenían un plan listo para ser ejecutado si sucedía algo. Y segundo, los integrantes de este equipo de criminales, sabían en que momento entrar en acción. Cosa que me cuesta trabajo creer que no tenga nuestro gobierno. Sin embargo el 1º de Mayo, se dejó ver que quienes en ese momento, tenían la estrategia y táctica, era el crimen organizado y no el gobierno.

Pero en fin, en este mundo nos tocó vivir, y como dijera mi mujer… La vida sigue y hay que continuar con la fiesta. O algo así.

Así que para las 3 de la tarde, ya estábamos en Irapuato, sin mayor novedad… degustando de un exquisito platillo en la Hacienda de Torres, acompañado de una cerveza helada “pa’la chingada preocupación”

Llegamos a Salamanca y nos hospedamos para después lanzarnos al concierto inaugural del IX Encuentro Internacional de Guitarra Salamanca 2015.

La verdad es que, tanto el recinto “Centro de las Artes de Salamanca” como la presentación de la Orquesta de Cámara “Silvestre Revueltas” dirigida por el Director Antonio García, fueron del gusto de mi hijo y de su “servilleta”. Tuvimos la oportunidad de escuchar ese día a Juan José Barrón un maestro de la guitarra clásica originario de Salamanca Gto. Quien nos deleitó con su magistral interpretación. Seguido de Edoardo Catemario, un italiano que ha pisado los mejores recintos culturales en el mundo, quien con su excelsa forma de tocar la guitarra cerró el concierto de esa noche, arrancando el aplauso de los presentes y haciéndonos ovacionarlo de pié. Yo estuve tentado a soltar de mi ronco pecho el ya clásico “otra, otra, otra” pero recordé que estábamos en un recinto cultura, y pues me contuve a tiempo.

Para el día siguiente, dio inicio el concurso de jóvenes guitarristas y fue el turno de mi hijo de probar suerte con “la lira”. Que dicho sea de paso, le había llegado desde Paracho Michoacán unos días antes en un folclórico estuche de imitación de piel de cocodrilo (háganme el chingado favor, habiendo tantos tonos de NEGRO), lo bueno es que la guitarra llego bien y se escuchaba mejor.

Así entonces, le toco a mi hijo mostrar sus dotes musicales ante un jurado internacional y 9 jóvenes más, que ansiosos esperaban su participación. Así uno a uno fueron pasando todos, y me quedé muy sorprendido de la calidad de los participantes, es muy gratificante ver el avanzado nivel que mostraron algunos de ellos, así que bien por el talento nacional. Y fue justamente ese alto nivel mostrado por los participantes lo que impidió continuar en este certamen a mi primogénito. No obstante, la experiencia del haber participado así como el escuchar a los demás fue muy gratificante.

Así que tras haber terminado la participación no lanzamos a San Miguel Allende, donde nos esperaba uno de los pueblos mágicos más bellos de México.

Desde que vas llegando al lugar, percibes el toque colonial de sus calles y construcciones así como la limpieza de las calles y banquetas. Me quedé gratamente sorprendido de ver la limpieza de la ciudad, y no me aguanté el comentario hacía mi hijo, donde le hacía ver que no es ciudad limpia aquella que tiene mucha gente que la barra, sino aquella donde sus habitantes, tienen la educación y la conciencia de mantener limpio el lugar.

Así seguimos a pie hasta llegar a la impresionante parroquia de San Miguel Arcángel, una verdadera belleza que resalta desde cualquier punto en que se le aprecié, imposible tomarla completa desde el atrio, habría que salirse hasta la plaza que está justo al frente.
Una plaza muy similar a la de Guanajuato capital, donde rodeada de restaurantes y bares, daba un toque muy peculiar y muy folclórico al lugar.

Intentamos subir al “turibus”, sin embargo la siguiente salida donde habría lugares, era a las 8:20 de la noche, y apenas eras las 3 de la tarde. Así que decidimos recorrer el centro a pie, y visitar tanto templos, como el museo del juguete, y las tiendas de artesanías.

Indudablemente que San Miguel Allende me invitó a volver con más calma y poder pasar una noche en alguno de sus muchos Hoteles Boutique que son casonas habilitadas como hotel, muchas a todo lujo.

Nos cayó la tarde y pronto oscurecería, por lo que después de haber comido a espaldas de la parroquia y bebido un par de cervezas, nos dispusimos a regresar a Salamanca.

Para ese momento, ya Gustavo me había comentado que le gustaría pasar por Guanajuato, por lo que le propuse que nos levantáramos temprano para poder salir al alba, y desayunar en la histórica capital Guanajuatense y como no somos bastante madrugadores, no tuvimos mayor problema para hacerlo de esa manera.

Al día siguiente, ya en Domingo, salimos rumbo a Guanajuato capital, y menos de que se los platico, ya estábamos desayunando frente al Teatro Juárez, donde se empezaba a dar cita la gente para iniciar el paseo turístico por el lugar.

Nuestra siguiente parada, después de “llenar tanque” fue la visita al Pipila, impresionante lugar con una vista sinigual. Desde ahí podíamos ver todos aquellos lugares, callejones, iglesias, y demás recovecos que esconde Guanajuato para ti. Y ahí, tras comprar algunas momias de dulce y charamuscas, así como unos suvenir para las mujeres que nos esperaban en casa, nos volvimos a una de las calles principales del centro donde abordamos un “turibus”… y bueno, se los recomiendo ampliamente, el paseo, la explicación, los tips, y sobre todo los económico del paseo, te muestran que Guanajuato, no es para ir solo una mañana o un día, así que también nos quedamos con la promesa de volver y poder disfrutar con calma, de un fin de semana, donde por supuesto esté incluida en la agenda de viaje una “callejoneada” con rondalla estudiantina o como se le llame.

Espero que para ese momento, podamos ir toda la family, ya que a mí siempre te quedas con las ganas de poder disfrutar de esos momentos con toda la familia.

Ya veremos, dijo un ciego… en tanto, nos quedamos muy complacidos de las bellezas del estado de Guanajuato y de la experiencia de haber tenido un fin de semana Padre e hijo.

By Carlos