Hoy me avisaron que habían muerto a un viejo conocido, aún lo recuerdo como un pequeño niño gordito y vago.

Hacía mucho tiempo que no sabía de él, y lo primero que pregunté fue si había sufrido algún accidente o un asalto, que se yo, este pequeño, según lo recordaba, era mucho más chico que yo. Pero no, no fue ni accidente, ni tampoco asalto, fue un asesinato.

De inmediato mis temores fueron confirmados, este pequeño -según lo recordaba- andaba en “malos pasos”, son esas palabras las que usamos para no hablar de las DROGAS.

Qué triste, que triste en verdad que aún continúen las personas creyendo que ese tipo de vida puede durar, que ese tipo de vida puede redituar, que ese tipo de vida puede perdonar.

En este mes habría de cumplir años otro de mis amigos, que al igual que el niño de quien hablo, también sucumbió por la misma razón.

Aún recuerdo que cuando estábamos en la prepa el era “el alma de las fiestas”, el era quien tenía “Ángel” según decían las muchachas, era el simpático, el animador, el conquistador, el bromista, el que nunca se enojaba, el buen amigo, el que no te dejaba “abajo”, el que siempre te hacía el “paro”… hasta que que un buen día, ingreso en el equipo que se supone que nos protege del mal, el que combate a los malos, el equipo que se supone cuida de nosotros… ahí fue donde se dejo seducir, por el lado oscuro, por el lado fácil que al tiempo… resulto ser el más difícil, y poco a poco vi a la distancia, como aquel buen amigo, se convertía en una persona, distinta, irritable, ansiosa, llena de falsos amigos, de tipos oportunistas que solo querían chuparle la vida cual voraces vampiros que insaciables, dejaron a aquella persona sin su más grande valor: “un alma pura y un corazón limpio”.

Cada día que pasa se critica a quienes luchan contra el mal, a quienes pretenden cortar la cabeza al monstruo que tiene mil.

Pienso que es una lucha sin esperanza, sin embargo creo que la esperanza la podemos cimentar cada uno de nosotros, dando educación y amor a nuestros jóvenes, mostrandoles la crueldad con que se encontrarán, mostrandoles en verdad las consecuencias de ser seducido por ese lado obscuro de un sector de sociedad sin escrúpulos, sin amigos, sin esperanza.

Hoy siguen muriendo jóvenes que dejan hijos sin padre, que dejan esposa sin marido, y que dejan padres sin hijos…

Será mucho decir que está en cada uno de nosotros parte de la solución?, yo creo que no… pero solo el tiempo, nos revelará ese futuro incierto que nos depara una nueva sociedad, sin límites.

By Carlos

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