Sis (abreviación de hermana en inglés) como estas?
“Pues… me estoy dando cuenta que estoy envejeciendo” – le contesté- (silencio de 7 segundos) y replica “ay como crees! …. Los dos reímos, pero reflexionamos.
Y es que no hablé de envejecer como se estereotipa de: “población vulnerable, 65 ó más, de formarme en el super en las cajas para la tercera edad, etc”.
Tampoco hablo de los patéticos 30’s en los que sientes que se acaba la juventud y se te nota la urgencia por tener una estabilidad económica, un buen carro, un buen depa o casa.. o un marido, bebés, camioneta mama-movil y un perro; aunque conozco treintonas que se tocan la panza o se ven una línea de expresión y mueren de depre y si a eso le sumas que no tienen una pareja formal…. ¡¡La amargura total!! (alguna vez me pasó). ¡Y claro, en esa época urge parecer de 20! Nos esforzamos en tratamientos de belleza, gym, dietas, vamos a los antros, tenemos para pagar las cuentas, nos damos el lujo de rechazar una “copa invitada” y si ligamos un chavito es todo un trofeo jajajaja

Luego llegan los 40’s y te das cuenta que todo lo que te preocupaba ya no es importante, te miras al espejo y te gusta lo que ves, aun con lonjitas, arruguitas, pancita (todo en diminutivo para que no se sienta feo)… empiezas a reconocerte de verdad, ya no sales ni tienes convivencias por compromiso, te das el lujo de decir que no sin sentir culpa (amor, trabajo, invitaciones sociales y familiares). Aprecias de verdad las cosas que antes se presumían: una copa de vino, una cena deliciosa, una plática interesante, una conversación que te haga reflexionar, un buen libro, una película o serie… la paz que de verdad te da la soledad…. ¡¡Pareciera que todo está perfecto!! Ya no importa no tener pareja, o haberte divorciado, o ir por la segunda vuelta, si tienes hijos o no… ya eso no es urgente (si los tienes estas muy entretenida con su crianza y si no los tienes ya ni te preocupas por los últimos 15 min. del reloj biológico) y por ende te relajas!! Entonces sin ese peso de encima luces increíble (pues así te sientes). Crees vivir la plenitud…

Y en medio de esa plenitud, en la que te dicen señora y ya no te agüitas, en las que escuchas a las jovencitas decir: “yo cuando sea grande (o más vieja) quiero lucir como tú! Y te lo dicen como un cumplido, pero te das cuenta de verdad, que ahora si estas envejeciendo.

Un día me desperté, me vi en el espejo y mi cara lucia muy cansada (es que no he dormido bien, no he tomado agua, tengo mucho estrés)… y que creen?? Así se me quedó. Un día me di cuenta que mis pasos llenos de prisa con mis super tacones ya son mas lentos y piso con mas cuidado para no caerme (algún día los dejaré, pero mientras pueda seguiré con ellos). Un día me di cuenta que necesito anotar todos mis pendientes porque lo que nunca: se me olvidan cosas que antes eran imposibles de olvidar. Un día me di cuenta que el ejercicio no es para presumir, es de primera necesidad, si pasa una semana sin moverme me duelen las piernas, no puedo dormir, engordo 5 kg y no puedo con la ansiedad. Un día me di cuenta que mi excelente estado de salud empieza a dar señales de vigencia: dolores que nunca había tenido, cansancios que nunca había sentido, gripes que nunca me habían dado tan fuerte y mi bolsa tiene tantos cosméticos como medicamentos… un día me dice mi hija “tengo que ir a cenar con mi papa antes de las 7 p.m. porque luego le cae mal la cena y duerme sentado” (que pedo?? ¿Como que duerme sentado?) luego un día te das cuenta que la gente mas joven habla de temas completamente desconocidos: influencers, youtubers, trending topic, lip syncing, aplicaciones y plataformas que en la vida sabría que pudieran existir… y como el orgullo es grande y las ganas de seguir en el mitote son muchas, pues todos los días investigo, pregunto, ensayo, leo, consulto todo lo que está pasando en el aquí y ahora de la chaviza… un día te das cuenta que tus papás ya no tienen la fuerza física ni la agilidad de antes, un día te das cuenta de la importancia de escucharlos y no importa quedarte mas de una hora al teléfono con tu mamá porque ahora sabes la diferencia de lo urgente y lo importante… y no cambias por nada escuchar sus anécdotas, consejos, vivencias y aunque las repitan mil veces cada vez le encuentras algo de interesante porque ves en sus ojos o escuchas en su voz la pasión de los recuerdos, la picardía de los chismes, y la risa de las anécdotas… y te das cuenta que un día, muy pronto estarás como ellos y te vuelves más empática, más respetuosa y honras mucho más a los mayores…
Un día te llama una amiga para decirte que tiene un problema y dejas todo para escucharla y ver en que puedes ayudar… un día guardas los secretos que te confían como algo muy preciado.

Y así un día te llama tu mejor amigo que tiene años viviendo en otra ciudad y te das cuenta que a pesar del tiempo y la distancia nuestros corazones siguen igual de conectados y te dice: “Sis, como estas?? y contesto “bien, solo que me estoy dando cuenta que estoy envejeciendo”

Con amor Jess

Este post fue publicado con la autorización de mi amiga Jess, a quien leo con frecuencia y a quien pueden encontrar en Facebook

By Carlos

2 thoughts on “Me estoy dando cuenta que estoy envejeciendo”

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