“El cambio es nuestra oportunidad”, rezaba uno de los cinco principios de visión y liderazgo de una empresa en la que trabajé hace ya unos años.
Y hoy que estamos en plena turbulencia organizacional en la empresa donde laboro, creo que aplica más que bien este principio de aquella lejana visión de esa empresa Alemana a quien serví por casi tres lustros.

Y es que si algo es seguro, es el cambio. Todo en nuestra vida es un constante cambio… Hoy no tienes pareja, mañana amaneces casado, pasado mañana ya con hijos, y a la vuelta de los años, puede ser que en otra ciudad, en otra empresa, con otra pareja, o con más panza y menos pelo, en fin, no me podrías negar que el cambio es lo único seguro en esta vida.

Pero como todo en la vida también, el cambio no siempre llega en el momento que queremos, ni en la forma que lo esperábamos, sin embargo… es como la visita incomoda, ya está aquí, así que hay ponerle buena cara.

Y es que los cambios duelen, pero indudablemente y en la mayoría de las veces, son necesarias estas sacudidas, para que las personas, las empresas, las organizaciones, saquen lo mejor de sí… aunque a veces también puede ser lo peor… o no?

Ahora, cuanto estás en una organización y medianamente has visto qué cosas se pueden mejorar o qué cosas podrían cambiar, no hay nada más frustrante que ver que tiene que llegar un personaje externo para que ahora todo el mundo se ponga a hacer lo que debe hacer. Sin embargo es un consuelo que por lo menos las cosas, ahora sí, cambiarán para bien.

Así que bueno, me podría extender con esto de los cambios, pero no es la idea…

Solo dejaría como reflexión, que aun cuando los cambios son más que evidentes, hay gente que continúa resistiéndose a cambiar. Y aquí pondría como ejemplo a uno o dos bañistas que pudieran estar en la playa justo donde rompen las olas del mar, exactamente donde está el ajetreo del vaivén de la marea… y tú podrías mirar como uno puede subirse a la ola y llegar a la orilla sin mayor sobresalto y como otro resiste a las olas y choca contra la corriente, hasta que agotado y cansado de resistirse puede llegar a la orilla arrastrado por la ola… aunque también podría morir ahogado en su afán de ir contra corriente.

Bueno mis amigos, en relación a este tema del cambio, recordé que tengo un libro en PDF que podría ayudarnos en estos casos. Así que si gustas, puedes leer este libro titulado “Quien se ha robado mi queso” descárgalo dando clic aquí.

By Carlos

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