El día de ayer me llegó vía twitter un mensaje de un viejo amigo que me hizo recordar lo bueno que fue mi infancia en lo que a diversión se refiere.
Por un momento hice un “Flash back” y recordé de aquel tiempo en el que se podía jugar en la calle aún si no te estaban vigilando tus padres. La condición en mi caso era terminar la tarea después de comer y la tarde ya era mía. Jugábamos a las alcanzadas, a las escondidas, futbol callejero, trompo, canicas, a jalar carritos con un hilo, a los muñecos de acción que en aquel entonces, eran el famoso, Kit Acero, al hombre biónico, el hombre nuclear, el malvado profesor OBB, etc.
También recordé aquel famoso y popular juego que solíamos jugar en el barrio de San José de mi natal Tepic: El “veli” y ahora no se si era con “v” o con “b” es la primera vez que lo escribo, y ahora que lo recuerdo este juego era algo especial para ser un “vulgar juego callejero”, ya que tenía muchas reglas y peculiaridades. Es comento ya que no quiero que se queden con la duda, y si ustedes también recuerdan haber jugado esto, pues no duden y dejen un comentario al respecto.
El Veli, se jugaba entre dos equipos de al menos dos jugadores, los implementos necesarios eran:
Una botella vacía de cloralex chico (Ya que por la forma y material este frasco era el que duraba más), Un palo de mediano tamaño, tipo bate de beisbol y una piedra de buen tamaño, un ladrillo también podría servir.
El objetivo del juego era acumular puntos. Y Tenías tres oportunidades para hacerlo antes que el otro equipo tuviera sus tres chances.
El primer integrante gritaba “veli”, y los contrarios respondían: “veli”. Esto quería decir que estaba todo listo y entonces el “bateador” tomaba en su mano el bote de cloralex, y lo golpeaba con el palo, el equipo contrario tendría la oportunidad de cacharlo y con esto dejar fuera la primer oportunidad de avanzar. Si no lo hacía, entonces bateador ponía el palo en la piedra de forma que el equipo contrario lanzara el “veli” y si le pegaba al palo, el jugador estaba fuera, si no llegaba el “veli” entonces de ahí partía para poder iniciar el avance y este se hacía mediante un golpe que el bateador daba en la botella de cloralex para impulsarlo hacia arriba para tomarlo en vuelo y golpearlo tan fuerte y lejos como se pudiera, y así tres veces, hasta donde llegara. En equipo contrario podría cachar el “veli” y dejarlo fuera pero si no, se esperaba hasta donde llegara el avance, y de ahí los contrarios tendrían que calcular cuantos pasos serían desde donde fue el último lugar donde quedó el “veli” hasta la piedra, que era la base. Si los pasos cortos o largos eran los correctos, el jugador quedaba fuera, pero si no, entonces esos eran los untos que se le daban al bateador, y seguí el siguiente. Y así hasta llegar a los tres “out”.
Como ven era algo complejo para ser un simple y juego callejero, pero lo increíble de esto es que al menos, en el barrio todos sabíamos las reglas y era de los juegos más divertidos. He tratado de recordar quien me dio las reglas de juego y no lo recuerdo.
Tristemente en alguna ocasión comenté esto con mis hijos, y me dijeron: “está muy complicado eso, mejor jugamos al Play” refiriéndose al Play Station.
No se ustedes, pero yo si extraño que mis niños jueguen en la calle como yo lo hacía.