Del árbol caían los frutos que en otras partes son imposibles de pagar, y aquí se pudren en el suelo.
Por increíble que parezca, hoy cuando llegaba a casa vi que estaban tirados unos aguacates en la calle, y medio detuve el coche para ver, y sí… eran aguacates a medio “aplastar” por los coches que pasaban, pensé que quizá a alguien se le habían caído, pero al dar vuela en el retorno de la calzada, vi que había un árbol en el camellón de la calle, un ¡Árbol de aguacates! Podrán creer. Sí, yo creo que si pueden creer, ya que ahora que lo recuerdo, en una ocasión en Tepic, estando en casa de uno de mis tíos en un asado, me comentó –“Carlos, tráiganse unas naranjas de aquí a la vuelta por favor. Del súper? Pregunte. No hijo… del camellón de la calle, ahí hay muchos árboles de naranja” me replicó- Y sí, efectivamente había varios árboles con jugosas naranjas.
No se ustedes hayan escuchado del famoso “cuerno de la abundancia”, pues yo sí… y esa famosa frase se refiere a nuestro bello y querido México.
Es increíble como un fruto como el jitomate, como el aguacate, que son otros lugares frutos exóticos, aquí se caigan de los árboles y nadie los recoja!!!
Se pueden imaginar gente muriéndose de hambre en otras partes del mundo, en tanto aquí se desperdicia la comida de tal forma, o peor aún, preferimos comprar productos enlatados, con conservadores por la facilidad y comodidad que estos nos trasmiten.
Hoy, la sociedad estamos cada día más acostumbrados a consumir productos artificiales, cuando aquí en México lo que nos sobran son productos naturales.
Nos sorprendemos de la obesidad y somos es país que más refresco consume. Escucho que ya no van a vender “comida chatarra” en las escuelas y pienso: qué bueno!!! Pero cuando llego mi casa y abro el refrigerador y veo “juguitos”, “dannet”, “danoninos”, etc. y abro la alacena y veo cualquier cantidad de galletas, frituras, dulces y demás productos sabrosamente nocivos; pienso de nuevo: “donde deberían de prohibir consumir la chatarra es en mi casa”.
Y si, es más fácil abrir una bolsa de papas que pelar un mango, o picar jícama, o un melón. Pero creo que bien vale la pena, bien creo que nuestros hijos y nosotros mismos nos lo agradeceremos tarde o temprano, no crees?