El nacimiento de Jesús en un humilde pesebre es algo que nos ayuda a reflexionar en que aún cuando el es el hijo de Dios, no fue en un palacio donde nació, fue en el lugar más humilde donde el decidió nacer.

Hoy llenos de tanta comodidad, en muchas ocasiones innecesaria y superflua, podemos pensar en lo mucho que tenemos y en lo poco que necesitamos para ser felices. El estar con nuestra familia, el poder tener la oportunidad de llevarnos un bocado a la boca, el tener un trabajo, el estar con quienes queremos, son motivos suficientes para ser felices y darnos cuenta de lo afortunados que somos.

El nacimiento de Jesús, es también un buen momento para poder pensar en que bien pudiéramos renacer, en darnos una nueva oportunidad para poder ser mejores personas, mejores ciudadanos, mejores con nosotros mismos.

Hoy seguro estoy que tanto tu como yo, hemos sido testigos de la partida de más de alguno de nuestros amigos o conocidos, algunos por la pandemia, otros por otra razón, y eso nos muestra nuestra fragilidad y nos deja ver también que nada nos llevaremos cuando partamos de este mundo.

Así que no se tú, pero por lo pronto yo intentaré ser mejor conmigo mismo, con mis semejantes y disfrutar de esta aventura llamada vida, ya que nadie vive nuestra vida por nosotros, nadie es responsable de nuestra felicidad o infelicidad más que nosotros, así que a vivir bien y poder buscar ser la mejor versión de nosotros mismos. Que el nacimiento de Jesús que hoy celebramos, nos de la luz para poder encontrar nuestro camino al bien. Disfrutemos cada día de lo que somos y de lo que tenemos y busquemos ser mejores personas, día con día.

Feliz Navidad