La muerte siempre es triste para quien le toca verla de frente, hoy estamos ante una situación que no habíamos vivido nunca, ni mi generación, ni la de mis padres y mucho menos la de mis hijos.
La histórica falta de credibilidad a todo lo que huela a gobierno, aunado a ese gen tan nuestro de renegar por lo que nos dice la autoridad, nuestra falta de cultura y consciencia hoy hace que miles de mexicanos, millones quizá, no crean en lo que esta pasando. Sabemos todos, que muchos tienen que ganarse el pan de cada día, todos los días, pero muchos otros no.
Hoy me tuve que imaginar por un momento, que pudo haber pasado por la mente de una persona, que hace justo una semana, empezaba con una fuerte gripe, misma que en menos de dos días empeoró a grado tal que tuvo que ir a un hospital donde le dijeron: “regrese a su casa”. El, sabiéndose hipertenso y diabético, va y se toma una placa de Tórax y se confirma la sospecha, neumonía. Vuelve al hospital al 4 día de iniciados los síntomas y esta vez, fue internado e inició el tratamiento bajo el protocolo de COVID-19, aislado sin familiares cerca de él, fue intubado y conectado a un respirador, ya que para el 5 día la función pulmonar era de menos del 40%, con lo alvéolos llenos de líquido, pudiendo meter aire, pero sin poder sacarlo de sus pulmones, la condición se volvía más y más crítica, una arritmia en el corazón complicó aún más el cuadro clínico que ya de por si, era desalentador.
Afuera, sus familiares sin tener mayor noticia que la entregada por la trabajadora social en turno, se angustian al saber que en ellos los síntomas también han iniciado. Dentro nuevamente, la condición pulmonar se vuelva cada día más precaria, pero no es sino hasta el séptimo día, cuando el sistema respiratorio colapsa, y la falta de aire termina con aquella esperanza de vida que tenían todo los que afuera esperaban.
No me puedo imaginar, que sintió aquel hombre al ver que su fin estaba cerca, en esos días de agonía, en esos días que quizá tuvo para poder pensar o para poder recordar algún bello momento que hubiese pasado con quienes, afuera, también están contagiados, y que con suerte quizá su desenlace sera distinto, ya que sabemos que cada persona ha reaccionado de forma diferente a este virus.
Hoy, en pleno pico de la pandemia, seguimos incrédulos ante ella. Y como no hacerlo, si el virus no se ve, si el virus no se escucha, y además si vemos las cifras de hoy 6 de Mayo de este fatídico 2020, son 2,508 fallecidos en un país de más de 100,000,000 de habitantes, es claro que muchos no vamos a conocer a nadie que haya muerto por esto. Sin embargo, cuando lo conoces, te das cuenta de la falta de conciencia que quizá hemos tenido.
Hoy, ya descansa en paz, quien en vida llevara el nombre de Jorge, y quien en vida llevó la profesión de médico ginecólogo en la Cd. De Toluca, ya jubilado estudió leyes y el año pasado se tituló, aunque nunca ejerció, ya que lo hizo por el puro gusto de saberse vivo.